miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cachetada de manco

Les voy a hablar liso y llano, porque no estoy logrando hacerlo desde otro, desde algún personaje o algo así. Miren que en un momento empecé a escribir y me di cuenta que los personajes eran un parte de mí, un cínico, un viejo, un depravado, un paranoico, y me salían bien, porque era yo. Pero para este tema, para mi tema, o mis dos temas, no puedo usarlos, y quiero hablar de un gordo y no, y que pavadas vengo escribiendo. Si mis dos temas son el invierno y la muerte.
Que estupidez es eso de intentar explicarlos, de hacer un análisis literario de las palabras, así que no se piensen que estoy haciendo esto. Estoy escribiendo para hablar del punto negro que se encuentra en todos los planos, de ese espacio que esta entre el paisaje, la vista y el hombre, entre una nota musical y el silencio, entre el placer y el movimiento. Mirá que pavadas estoy hablando, el movimiento y el placer, y no me imagine otra cosa que garchando y sintiendo la base de la garcha haciendo roce con una húmeda y peluda concha. La cuestión es que si, miró el paisaje y veo ese punto, miro la hoja y lo veo, y la cuestión es que no lo veo, esa es la cuestión, es que no lo veo. NO lo veo en la hoja, no lo veo en el monte, ni en el horizonte, ni lo siento. Pero alguna vez lo vi, creo, que alguna vez vi aquello que unía todas esas situaciones hechos y momentos.

En ese inventar un lugar común…

Perdón tuve que ir a cagar, y por la ventanita chiquita del baño un jazz de Miles Davis, solo reconocido para mi por esa voz de sonrisa congénita y baba cayendo. Si también mientras escribo, chateo, y sigo escribiendo porque no tengo ganas de masturbarme. Es que me di cuenta que no hacía falta tanta lectura de sociología para entender, y que al fin al cabo entender es un poco pasivo, aunque emocionante, lo que hoy en el colectivo un mina con necesidad me dijo: Todos necesitamos una vía de escape.

En este ir y venir, charle con Santi y dijo, si eso de remendar el alma para seguir, esa cosa de adaptar la filosofía oriental para meditar pero seguir trabajando, olvídate del ayuno y no matar mosquito, y es que de tanto remendar el alma se vuelve un felpudo, y perdón tanta cursilería, pero me agarra una cosa acida cuando pienso en el yoga y tantos libros de auto ayuda que no hacen mas que volver a enchufarte, para que todos los días ejecutes tus secuencias predeterminadas de respuestas y formas, como si solo pudieras responder eso y como si solo te pudieras cruzar con tales cosas, y así, toda la vida, y trabajar, hacerse viejo y morirse descansando los últimos años, o hacer mucha guita hasta los 40 y vivir de renta “pero todos necesitamos una vía de escape”
Este escape es la huida? Este escape que es? Es el ser cansado de tanta forma, de tanto lijarse los brazos para poder pasar por las puertas que tiene que entrar para no quedarse afuera?

Es que escribo y pienso, muerte, muerte. Yo te hago una pregunta, y es de amigo, porque te digo la verdad, tengo ego y toda la bola, un poco por miedo a terminar en un laburo de 15hrs que no quiero hacer y por otro lado personalidad, pero escribo porque no me puedo tomar un mate con vos, no se quien sos, tal vez soy yo en el futuro, algún amigo que le pase esto o simplemente un buscador de textos de Google, pero yo te hago una pregunta: ¿Qué pasa si te morís ahora?


Yo te digo, te lloramos, y que mierda no, y si era tan así y asa y toda la vida que tenía por delante, y el dolor de padre, y el dolor de madre y de hermana y el de amigos y algun que otro estimado, y pasan los meses. Che pero hay que seguir laburando, ir al psicologo, y la vida tiene que seguir, ¿toda la vida dedicados a recordar a un muerto? Mejor vivir el futuro y el pasado, “uh que cagada, que peso en el pecho a los viejos, y este pibe tenia pasta de campeón, mirá hasta escribia además de estudiar economía, uf y tantos proyectos” Pero la vida sigue, y mejor mirar al futuro que al pasado, y hay que seguir con las vidas, y mejor que los padres sepan sobreponerse y hacer una vida, y los amigos, bueno ya están en las suyos, unos se culpan, que tendría que, y si fuese de otra manera y cuantas veces No. Pero la vida sigue, ¿Hacia donde mierda? ¿Hacia donde ir y seguir? ¿Estamos avanzando? ¿A qué lugar?

He aquí que si muero hoy, queda este testamento diciendo, no te sutures el dolor, no te claves un rivotril, ni marihuana, ni lsd. Grita! Es lo único que queda, y tal vez, en tanto gritar se termina organizando una juntada a gritar y de a poco todos siguen gritando y se hacen tatuajes, una bandera y un gorro, y ahora son todos lo que gritan, y ya ni saben porque.

Es así que si me muero hoy, lo último que hice fue gritar, por mí, si gritar por esta incertidumbre de seguir gritando para ir de alguna manera a ese lugar donde va a el sonido, a ese punto en el vacío en donde me voy a disolver, para nunca más, para nunca más.

La vida termina siendo un beso del sol en el cachete y una jeringa clavada de punta en la vena donde se dobla el brazo, y ahí seguir tirando para desaparecer en una sombra, y dejar la linea de la bicicleta marcada. Sin sentido, sin razón, sin conceptos, termino perdiendo la pasión, y así, zombie, sigo viviendo, pensando en el futuro, sobreponiendome al pasado.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Dobles engaños

Juegos como golpes de cadera, como movimientos con las manos levantadas.
Y eso que está prohibido levantar las manos, aunque nadie lo diga, y cuando les preguntan sobre el tema contesten que se trata de ir a favor de la gravedad,
¿Para qué ir en contra de la gravedad?
¿Alguien tiene una buena razón?
Se me ocurren las figuras, por decir algo, y como no soy bueno con el lápiz me dedico al espacio y el tiempo.

Aprendí observando pájaros. Cuervos que competían por quitarle el lugar a las palomas. Su encanto era el de quien hace que salta cuando en realidad va a volar, me dije la primera vez.
Con el tiempo me di cuenta de que estaba confundidísimo. Salta. Tan solo salta, y hace el doble engaño. El de hacer como si saltara.
Doble engaño, artilugio -harto de moda por cierto-, el de hacer como si nada, como si solo pasáramos el tiempo y esto no fuera serio. (Los días, poco serios).
Yo escribo y esto no es serio pero si tú y tú y tú se lo creen, si vos te lo crees y yo me lo creo, ya es otra cosa.
Los pájaros no vuelan. Los aviones tampoco. El vuelo es como dios. Son esas cosas de las que el hombre se convence tanto, se le prestan tan poca importancia, tan irrelevante que... Dobles engaños.
Ahora resulta que todo el mundo quiere volar, pero…ya saben que no pueden. Se los explicaron en el curso de biología. “No eres un plumífero alístico-vertebrado”, dijo la profesora. Tampoco un colibrí.

Claro, primero había que creer que existía algo así como volar. Burlar la gravedad por un tiempo indeterminado, bastante largo. Ingenuo, me dicen. Me lo creí.

Hasta que me quedé pensando en el cuervo este que vi una vez. Un cuervo en la realidad, disputándose con un puñado de viejas palomas la plaza en torno a una mezquita.

Entendió lo de los saltos, y los dobles engaños.
Quería aprender algunas palabras. Diseñó actividades para todo el año, como si nada. Dijo querer investigar de pájaros y plantas, alegando que esas eran tareas del siglo XIX, y que entendía que ya a nadie le importaran. A él tampoco, dijo, aunque mostrando un empeño sospechoso. Siglo XIX, siglo 19, agregaba en medio y al final de las oraciones, para convencer a todos.
Fue un doble engaño como tantos otros. Haciendo como si nada. Como si nada se volvió extrovertido, se levantó una chica. No paró de sonreir la primera noche que le sacó un beso, pero ella no llegó nunca a pensar que no se tratara más que de nada, simplemete. Se puso a escribir, apareció y desapareció y volvió a aprecer en otra parte, como si nada.
E hizo de los días eso, dobles engaños, desaireando psicoanalistas moralistas y chamanes de mármol blanco.
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sábado, 18 de septiembre de 2010

La vuelta al pago

Con la panza colgando, y la copa con un vino intomable repasaba los momentos más importantes de su vida y se hablaba, se repudiaba, hasta que en esa conversación con la sombra se acordó de algo que le resonaba -Una vez soñé que yo era un texto y alguien se enojaba conmigo a causa de ello. Me parece que se sintió traicionado por mi revelación

En ese texto parecía hallar de paisajes con una estratégica tonalidad y con metáforas calculadas que deferían a mí, a mí enojo y malestar-


Se dijo eso y se dio cuenta, él o alguien se dio cuenta de que el niño había crecido, no se sabe si fue por un partido de ajedrez donde segun dicen se encontró con solo eran peones negros o simplemente creció cuando choco la cabeza contra la pared, o cuando al recuerdo de la casa de la abuela se le sumó o le sumó el paso del tiempo y el olvido.

Que tipo diferente era ahora el gordo, y lo habíamos conocido tan randiante. Antes se reía con gran entusiasmo, disfrutaba cada segundo, los vivía con color, toda la energía en la mirada, en las manos. Ahora no, no podía ni sonreír, quedó muy al descubierto, y le quedaba solo desistir y rogar, rogarle al destino o sino caer en la negación, absurdamente y en vano, de que todo termina de rodillas.

Sabía que había perdido razón de vivir en la epoca de la ciencia, se había sentido totalmente vacio e insastisfecho, a pesar de todas las cosas que había consumido, y se había sentido solo a pesar de la super población.

Así se decía, mientrás reprochaba haber desperdiciado todas las capacidades y habilidades uq tenía como naturales, de que el vino paso a su cuerpo y el alma a una botella. Se dijo

-Nunca creí en la lógica, ni en el mar, ni en la distancia. Pero que solo me quedado en este lugar, en esta busqueda y esta manera del estar, ser y parecer, tan mía, tan solitaria, única como... y al fin al cabo, la nada y el todo son una linea, y los metros son, y la puta que lo parió, del arbol del saber la diferencia del bien y del mal, ¿Para qué? ¿Para qué la rebelión ahora?-

Empezó a llorar como nunca, la gotas no eran ni contenidas por el vaso. Se agacho, puso las manos juntas pareciendo que iba a rezar y se dijo: -No soy amigo de la caridad, me ha oxidado tanto el alma que ya no la puedo perdonar-

En la otra punta de la ciudad se suicidaba otro tipo solo, que siempre había hecho lo que tenía que hacer, una casa, la misa y Dios. Pero le pico el famoso virus de la duda que lleva a las locuras, en este siglo XXI donde el hombre es un hombre de razón.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Callate, solo para ver que pasa.

Esa seguridad. Que te deja reirte de todas las csosas, igual siempre.
Decir sí, no, ponerte seria, reirte, llevarlo todo de aquí para allá, como si lo estuviera premeditado, no por vos. Tan duro. Como si estuviera pavimentado.
Tu falsa elegancia,
tu elegancia aprendida de manual de tapa dura.
Largas o cortas conversaciones en las que puedo estar sin estar, en las que solo puedo estar sin estas, y vos también.

Te gusta, ya sé,y como somos vecinos, y cada tanto nos cruzamos, cambiamos palabras, de esas sin sentido.

El silencio instituido también en el manual de lo prohibido, el silencio es solo para los velorios, y solo al principio. El manual de la mala educación y la carencia de tacto, hombres sin encanto en silencio, introvertidos o aburridos.

Lugares comunes para acallar tu incertidumbre -lo único que queres acallar. Lugares que todo lo invaden, calles y ahora también paredes pavimentan.
Por aquí, por allí, la vida como eterno medio, el medio como elegancia -la del hombre que camina hacia alguna parte, no sabemos a dónde pero tampoco vamos a interrumpirlo para preguntarle, si parece tan apurado.

Los lugares comunes son ya los únicos, los zapatos se arruinan en calles empedradas -ni hablar de tus tacos-, y nadie puede ya callarse, solo para ver que pasa.

Aún despatarrada

Malas Caras.
Bien Serias.
Que no pueden romperse ni con el vestidito de flores de una niña corriendo sobre el verde del pasto, entre campos de otras flores.
De una niñita corriendo, quizás por primera vez sin tropezarse,
el viento en las mejillas sin el dolor en las rodillas;
y que antes de que se haga de noche,
empieza a sentir protuberancias en el pecho,
nuevos ojos que la miran de nuevas maneras,
empieza a sentir.
Antes de que se haga de noche empieza a correr de nuevo,
Sobre verde,
con una dejadez vital,
dejadez única del día,
el momento antes de que el sol salga pero que ya nos ilumina.

Corre con una botellita de inocencia en una mano, una botellita casi vacía tanto que ya sólo cuenta por cómo cuelga de su mano, incorporada en su correr.
Casual; casualmente imbuida en la belleza de su perversidad recién descubierta,
tanto allí, puesto que aún no llega a disciplinar todos los límites de su cuerpo -mucho menos los nuevos- en ese movimiento, si apenas hace un ratito nomás ni podía correr.
Un descuido tan creíble, tan cierto que todavía no busca combinar la botellita con las flores,
y allí queda.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Poema celta - (desterro)


corre, voa o paxariño
levalle o meu corazón
pendorado no biquiño
dille que eu seu fillo son

corre, voa o paxariño
levalle o meu corazón
pendorado no biquiño
dille que eu seu fillo son

dille que eu quero volver
e de novo nas túas rías
nalgun espello me ver
quero outear as campiñas
arrencender teus airiños
antes que poida morrer

corre, voa o paxariño
levalle o meu corazón
pendorado no biquiño
dille que eu seu fillo son

dille que eu quero voltar
e de novo nas tuas rías
as maus e ialma a lavar
quero voltar branca flor
que neste desterro maldito
estou morrendo de amor

corre, voa o paxariño
levalle o meu corazón
pendorado no biquiño
dille que eu seu fillo son
dille que eu seu fillo son
dille que eu seu fillo son

domingo, 5 de septiembre de 2010

Carta de cumpleaños

Se derrumban los castillos, y sus ladrillos y murallas se desploman en las gotas de una llovizna, en el borbotear sereno sobre el lago de Palermo. Laberinto de rosas, esconden un mortuorio tesoro, de esa piel transpirada, del sudor oscuro que se hace nube y trueno. Los caballos blancos aparecen en la tarde gris, comen todas las flores azules, enloquecen, relinchan y se suicidan.

Pronto todo queda en silencio, desaparecen los matices, sale una luz de las nubes y aparecen las niñas de canastita bailando entre las rosas. El coro le canta a la fiesta, al disfraz de miel “Niño niñito que lloras lagrimas de cristal No derrames al viento que descalzo te vas a pinchar que descalzo te vas a pinchar”

El niño abre los ojos y está recostado en el césped, su mirada al cielo es un baldazo de agua frío, se puede ver la inmensidad, fragmentos de vidas que un cine nunca podrá proyectar. Se encuentra solo, dandose cuenta que ese es el final.

Duelen las venas cuando la sangre las atraviesa, como agujas, y el sol besa la mejilla. El silencio te deja saborear el instante, y ahora entendés que los años y el tiempo y el que los cumplas feliz, tal vez, son el arcoiris que brilla en una lagrima, que al fin el tiempo y la vida nunca se entendieron, así que te vas de a poco, mientras la imagen se vuevel cada vez más gris y de a poco el dolor se eleva el cuerpo no se soporta el dolor tan fuerte no te permite el cuerpo y queda ese lugar donde se deslizan los sueños y los ojos lentos como vibra la vida se va…






Medias

Que tu juego no sea el más fácil.
(así, como una media te lo digo
y no es cuestión de medias sanmartinianas, republicanas, anas, anas.
estamos en otro lado.)


Gordas con la piel caída.
Flacas con la piel caída.
No te atornilles en el lugar
si el vientito después te va a llevar.

El saquito de té no lo podés usar mil veces.
El maté siempre termina lavado.

Y vos también, en una de esas,
Cuando ves que te ténes que ir,
Sacrificar un pedazo de piel,
Y un pedazo de carne,
Y hasta tus medias.

Todo eso por haberte atornillado al huracán.
No juegues el jueguito más fácil.
Pseudos intelectuales con ideologías de maletín
Prohiben escuchar reggeaton

Y yo me hago pasar por turista tonto,
Cuando casi no me faltaba tanto.
Ni ratro en el polvo,
Nunca te verán.

Que más da,
Justificar tu vida como un Principio,
Tan P P P P,
(tan pechito parado, miren el ejército justo acá arriba,
Mostrando sus credenciales fuera de servicio,
Abusando de su autoridad para ser
Pecheando P P P P,)


Vamos de nuevo.