Una ribera, el río y la luna. En eso pensaba nuestro romántico
héroe que de tanto fracaso se autonombraba estoico. Vida y obra de los hombres
que quedan en la historia, eso pensaba, después se acordaba que la locura, el
cinismo y la traición eran los grandes hechos registrados y pensaba en todos
esos angeles que aguantaban la tormenta con honor, siendo caballeros y hombres.
Pensaba en mujeres sólo cómo parte del cielo, tormenta o sol, respecto a los ojos de un linyera que ahora se posaban en un partido de futbol en la plaza de cemento de Facultad de Medicina y una mirada que le daba de comer a la quimera, cómo también se llamaba su perro.
Es fácil escribir historias de linyeras que mueren de frío o sobrevivien una noche más, refugiados en el calor de la orina. Simple es construir a un pianista asesinado con la donación de una hamburguesa condimentada con vidrio molido o pensar que el tipo de la calle es un Zaratustra en la búsqueda de su montaña.
Pensaba en mujeres sólo cómo parte del cielo, tormenta o sol, respecto a los ojos de un linyera que ahora se posaban en un partido de futbol en la plaza de cemento de Facultad de Medicina y una mirada que le daba de comer a la quimera, cómo también se llamaba su perro.
Es fácil escribir historias de linyeras que mueren de frío o sobrevivien una noche más, refugiados en el calor de la orina. Simple es construir a un pianista asesinado con la donación de una hamburguesa condimentada con vidrio molido o pensar que el tipo de la calle es un Zaratustra en la búsqueda de su montaña.
Lo difícil sería pensar a nuestro vagabundo masturbándose con
las colegialas que pasan, pidiendo para el vino tinto, clavándole una púa a un turista perdido. Las figuras retoricas melosas la dejamos en el cajón y salimos a
pensar en ese héroe que antes de vivir en la calle se creía un ganador, jugando
a los caballos de Palermo, con anillos de oro y prostitutas obligadas, de
festejos y con hijos en patas.
Festejado por su esposa, mientras el escolazo siga dando hasta que la planta se marchitó y lo echaron. Por quedar sólo siendo él, una basura humana, cómo cualquier otro que termina con la mano en el pantalón eun una fría noche de abril
Festejado por su esposa, mientras el escolazo siga dando hasta que la planta se marchitó y lo echaron. Por quedar sólo siendo él, una basura humana, cómo cualquier otro que termina con la mano en el pantalón eun una fría noche de abril