sábado, 26 de septiembre de 2009

Nuestra mancha (II)

“¡Las plegarias no aran! ¡Las alabanzas no cosechan!

! Las alegrías no ríen! ¡Las tristezas no lloran!”

Nosotros lo hacemos señora y eso es lo que quiere decir mi amigo cuando habla de la huida. Se lo explico: El me dijo “¿Por qué un tipo tan inteligente como Nietzsche se va a poner a hablar de la religión católica?” y mientras me formulaba la pregunta, me miraba como sabiendo la respuesta. “Que el cielo se haga en la tierra”

De alguna manera, lo que creí entender luego de leer algo de la biblia y tomar mates con mi amigo fue que el hombre cuando se da cuenta de su muerte y de que todo valor es una mentira, ahí esta solo, no tiene mucha razón para vivir, no la encuentra ¿Para qué? Si nos vamos a morir no hay nada más, si los significados dependen de las épocas, si los valores son relativos y los sentimientos no se comparten. De alguna manera la religión vendría a ser un potenciador de la potencia que somos nosotros, pura posibilidad, pero como no tenemos ser, sino movimiento, entonces nos encontramos con un problema. Resulta pues que la religión de alguna manera nos cierra y nos da vida, nos hace que exista ese Dios y ese cielo del cual nosotros somos sujeto o futuros ciudadanos y eso motiva a vivir, a hacer las cosas lindas, a construir grandes catedrales con vidrios de colores y cosechar rosas.

Usted me preguntará “¿Qué tiene que ver con la Huída?” De alguna manera con Santi nos creemos teólogos del amor a la vida, en el fondo no estamos muy convencidos pero fue como una solución a la muerte inminente a sentirse uno atado, porque eso te saca el sentir, te anula mucho. Pero entonces el cielo vendría a ser una forma de huída de esa muerte y de alguna manera en el salto de piedra a piedra uno se está liberando de ser una cosa, un fiambre. El cielo te da mucha fuerza para saltar pero se usa de una manera que no permite avanzar, elimina a las otras piedras. Para el cielo hay dos, en una la muerte y en la otra el sufrimiento y el cielo. Aunque el estanque este lleno de rocas, solo te hace ver esas dos. Eso te lleva a saltar en el lugar y si bien te levantas de la cama a la mañana estas siempre en el mismo lugar.

El cuerpo doña, ese es el punto. No podemos afirmar otra cosa que no salga de ahí y parece buen principio. Pero yo no lo cumplo, me metieron tantos cielos y tantos dioses, tantos infiernos y torturadores, que no puedo disfrutar nada, siempre encuentro una presión. Invento juegos y les llamo realidad pero después llego al fin de semana y nada, no tengo ganas de nada. Espero que huir de esos dioses no signifique ir a la piedra donde está la muerte.

2 comentarios:

  1. huimos porque sabemos que no hay cielo esperandonos
    huimos porque si nos quedamos quietos no encontramos nada
    pero huimos porque necesitamos ver claramente esos valores, esos bloques de piedra que caen verticales contra nuestras cabezas,
    huimos, en fin porque en eso es en lo unico que creemos
    porque nos gusta deshacer las cebollas con las manos (ese es nuestro arte, nuestra pasion),

    las cebollas de cielo,
    las cebollas que nos hablan de maduracion, de racionalidad

    de todos esos bloques huimos, pero no escapamos. Simplemente nos corremos para verlos mejor.
    Nos ponemos los guantes para que no nos quede el olor en las manos,
    y mientras las deshacemos,
    encontramos, como era de esperar, miedo.
    Y diagnosticamos: "tumor inoperable en pleno cerebro",
    Vamos a tener que convivir con él, que se le va a hacer.
    Ya lo sabiamos de todas maneras.
    Pero es que nos gusta tanto jugar con cebollas.

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  2. y sí queridos amigos...
    siento y luego existo
    ahora estoy más seguro que nunca
    ya no confío ni en la razón
    porque de alguna manera
    siento que la invoco a ELLA
    y me refiero a la señora de las cacerolas
    a la religión
    a los ideólogos de la revolución francesa
    a los símbolos
    no es un rechazo a todo esto
    sino una nueva mirada
    más atenta quizá, más detenida.
    Es por eso que quiero
    que MI amor por la vida
    recaiga en las sensaciones
    (aunque no sepa bien si la palabra sensación alcance para denotarlo)
    Como cuando uno era chiquito
    y todavía no le habían hecho diferenciar
    entre el bien el mal
    qué exteriorizar y qué guardarse para uno
    o tal vez un proyecto de vida
    y por qué no
    de país o de mundo!

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