lunes, 23 de noviembre de 2009

Mis disculpas. Mis explicaciones.

El otonio sigue anunciando el invierno con hojas que vuelan y pajaros que caen.
Yo, tranquilo,ya tengo mis estrategias para eso.
Pinto jeroglificos azules en hojas cuadriculadas y los dejo perderse. Cartas que de acá se van pero no llegan a nadie. No por eso me pongo triste. También me encontré una sonrisa en griego a la que despues de algunas discusiones le empezé a sacar unas miradas... tendrías que verlo.
El senior Saussure tenía algo de razón, efectivamente, con eso de las palabras y los significados. ¿Cómo pensar que “te quiero” puede querer decir lo mismo en un idioma en el que podemos decir “te amo” y en otro en el que no?
Para intercambiar cosas, el lenguaje. Para intercambiar cosas, ¿el lenguaje? Las palabras nos sirven un rato, pero despues necesitamos de todo lo demás. Porque las palabras que usamos son un poco las mismas, hasta suenan parecido y todo. Pero cada uno sigue gimiendo en su lengua.

Qué difícil se hace huir cuando uno se ha convertido en barrilete, y el otonio, con ese viento que tira pájaros al suelo.
Pero para eso están los amigos, ¿no? Es que entre tanto temporal vas a terminar contra un alambrado o una antena de tv, hecho jirones. Te vas a sentar –me voy a sentar- y comenzar a zurcir. No tan triste después de todo, porque además de alguna vaca pastando, alguien, desde un tronco cercano te está pasando un mate.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Cuando nos alejamos de lo más cercano


Acerca del cosar de la cosa de Atahualpa Yupanqui

"Hay silencio en mi guitarra cuando canto el yaraví
pues lo mejor de mi canto se queda adentro de mí"

Di Gefhar (el peligro) de Martin Heiddegger

¿Qué acaece en el bandono de la cosa? ¿Qué ha acaecido ya cuando la cosa no puede aún cosar como cosa?
Cosando la cosa acerca mundo y permanece mundo. Pero cuando la cosa, sin guarda, como está, no cosea, entonces queda rehusado mundo como mundo. En el abandono de la cosa acaece el rehúso de mundo. Pero mundo es el aún oculto juego-de-espejo del cuarteto de cielo y tierra, mortales y divinos.
Mundo mundea. Pero mundar de mundo no es sólo no propiamente experimentado y correspondientemente pensado, sino que somos todavía del todo torpes para pensar el mundar de mundo puramente a partir de él mismo y corresponderle. Por ellos necesitamos ayudas. Éstas nos llevan por supuesto forzosamente a, en lugar de pensar el mundar de mundo a partir de él mismo correspondiendolo, representarlo desde otro. Este otro, a partir del cual ahora repsentando pensamos el mundar de mundo, no puede entretanto tampoco ser de nuevo del todo extraño a la esencia de mundo. Bien por el contrario, nos sucede que tomamos en ello este otro, a partir del cual comprendemos el mundar del mundo, como la esencia de mundo, mientras en verdad el mundar de mundo justamente es la esencia oculta de lo que incluimos en el sido mundo. De este modo tomamos ahora a sabiendas un camino equivocado. Porque lo tomamos sabiéndolo, podemos a su debido tiempo regresar.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Se aburrió Dios

Abrí una avellana y la tierra empezó a derrumbarse. Una grieta apareció partiendo el cielo, partiendo la tierra y allí un pasaje, una visión. Dios está aburrido, buscando inspiración en las personas se queda dormido. Tal vez porque no me quiero me pienso, sino solo sería y ya me habría encontrado conmigo mismo hace tiempo. Si que aburridos que somos. ¿Cómo vamos a hacer las cosas enromes que soñamos si en las pequeñas situaciones no ponemos el corazón?

Me vi sentando en el banco en mi equipo de basquet , queriendo hacer magia. Soñaba meter triples desde cualquier parte de la cancha, tirar la pelota hasta el sol y que cayera guiada por los astros en la red del aro. Agarrar esquivar a dos, picar la pelota tan alto que suba hasta el tablero y entre o hacer un giro en el aire esquivando las garras de dos gigantes asesinos y con solo una caricia dejar el balón como se deja al hijo el primer día de jardín. Pero siempre estuve en el banco; cuando entré me la pasaban y no sabía que hacer, solo había deseado y nunca había hecho. Cuando me equivocaba me gritaban, me abucheaban, me gritaban otra vez, una vez me mearon. Pero ellos no sabían que al club lo movía yo, que las hamburguesas no se hacían si no me ponía a charlar con la madre del negro Figueron, si no la ayudaba a cobrar la plata o si en las categorías anteriores yo no anotaba los puntos en el tablero.

El indio y yo, siempre serviciales. El jugaba, yo casi siempre en el banco. Los pibes hacían temblar al coliseo, eran los gladiadores que los reyes amaban y que las princesas deseaban. Pero siempre sospeche de las monarquías, del pan y circo y de la gente que sonríe mucho como la gente de recursos humanos.

Seleccionaron al equipo titular, yo busqué otra cosa para hacer. Todo el pueblo comentaba sobre ellos, su esfuerzo de dejar los fines de semana para entrenar, las tardes para ir al gimnasio. Sentían al director técnico, el César, como un padre, y se ve que no es condición suficiente tener un padre autoritario para escribir cuentos como Kafka.

Los campeones ganaron todo, pero se cansaron. Les prometieron la tierra santa, les vendieron su futuro y no llegaron. El Indio se puso a estudiar economía, no estaba muy conforme al última vez que lo vi. Al negro no se le dieron muchas pretensiones universitarias, no sé qué hará, siempre tuve mal trato, no los culpo, los que se embarcan como capitanes deben tratar mal a los que ven como lava pisos. Se encuentran en boliches y se abrazan, se miran lagrimeando, iban a entrar a la NBA, por algo dieron su infancia, por algo se encerraron en un lugar. El pata está de novio, gran alero del equipo y debe trabajar en la herreria del padre. Me contaron que cuando se ven todos se abrazan con nostalgia y pensando en que le regalaron la infancia a un club donde ya no van porque sale caro, a un club donde no hay bar, ni viejos, ni hinchada; donde solo hay espectaculos, la esperanza se rifo hace tiempo y ellos no tuvieron el numero. Algunos pelados, otros gordos, otros casados.

Pero yo no compré porquie no me lo quisieron vender, no tenia buen driblin. Qué suerte ese lugar, yo tuve el juego en el barrio y en la calle de tierra. Con nuestras reglas. Pero algún día voy a querer comprar algo, espero que sea una artesanía , si es posible echa en cierta parte por mí. Una gran casa en miniatura, con una puerta puntiaguda, cuadrada pero puntiaguda, el techo y ventanas grandes, el cuarto como la pintura de Van Gogh pero una cama para dos, un toca discos y muchos libros. La casa lelna de personas, como un club, pero de personas precupadas por lo demas, sabeindo que la vida es un juego y que un juego no es más que una excusa para bailarle a la muerte, para jugar con la vida.

Alegría embaraza pero Dolor da a luz.

Federico

lunes, 2 de noviembre de 2009

Poeta en dos pasos o por que me gusta tanto romper palabras

Se me ocurrio que pensar era poner lo que sentimos en palabras y luego romper esas palabras para ver mas o menos como nos sentimos.
Como esto me parecio una tarea muy dificil inventé un juego.
Un día le dije a un amigo: “cuando la realidad se vuelve tan gris, cuando te resulte tan pesada a la vista y te haga sentir que jamás podrías cargártela al hombro para llevarla a alguna otra parte, inventate un juego.”
Me hize caso. Tengo un plan o un juego, como prefieran. Me di un plazo de dos semanas para llevarlo a cabo.

Lo primero deshacerme de mi computador. Los computadores, -justo en donde estoy ahora los llaman ordenadores- no sirven para romper palabras. Nos dejan trans-pasar palabras, colec-cionar palabras. Suele pasar que nos llevan hacia océanos de palabras, nos hacen sentarnos y como un padre nos dicen: “ves qué grande es, nunca podrias con todo eso; para que tratar? Mejor quedate sentadito. Si no haces ruido, te dejo seguir mirando un ratito mas.”

Lo segundo es buscar papel y una linda lapicera, sentarme en una silla y empezar a escribir. Voy a sentarme a escribir largas cartas a todos aquellos frente a quienes podria desnudarme tranquilo. Voy a empezar a escribir conellos y asi vamos a romper un monton de palabras.

Como tengo miedo de que con eso no alcanze, voy a salir a buscar flores, en este ciudad que, según dicen en otonio ya no tiene flores.

(Un pequenio paréntesis: Es cierto que en algún momento contemplé la posibilidad de un intercambio interestacional, flores de primavera por hojas amarillas cazadas en pleno vuelo y que por lo tanto Nunca han tocado el suelo. A pesar del slogan que me invente -hojas virgenes- la idea fue un completo fracaso. Mi caja de letras y cartas sigue vacia, con mas olor a humedad que a primavera).

Como última opcion he decidido pagar por las flores en el mercado de flores y pescados. Para conseguir el dinero de una manera honesta, se me ocurrió montar un número en la calle, ponerme a romper palabras en frente de todos a cambio de flores o de monedas para comprar flores.

Ya me quedan pocos días antes de ponerme a trabajar seriamente sobre estas palabras que necesito romper. "Los plazos no pueden retrasarse", "Es imperativo alcanzar las metas propuestas", me digo con voz de comandante de barquito de papel.

El otonio llegó y aún no hay tierra a la vista. Los pajaros se caen y las hojas vuelan amarillas y yo sigo sentado al lado de mi caja de letras y cartas, esperando la llegada de la primavera en el momento equivocado.

Lo ultimo. Un ninio que conoci en la plaza me dijo que las flores del mercado de flores y pescados son trangénicas. Despues de un rato de discutir -y que dificil es discutir con ninios- llegamos a la conclusion de que no sabiamos bien que significaba esto pero que seguro unas flores asi no servian para romper palabras o perfumar cartas. Le tengo respeto a este chico. Lo he invitado a formar parte del navio. Lo he nombrado responsable del carajo, nada menos.