lunes, 23 de noviembre de 2009

Mis disculpas. Mis explicaciones.

El otonio sigue anunciando el invierno con hojas que vuelan y pajaros que caen.
Yo, tranquilo,ya tengo mis estrategias para eso.
Pinto jeroglificos azules en hojas cuadriculadas y los dejo perderse. Cartas que de acá se van pero no llegan a nadie. No por eso me pongo triste. También me encontré una sonrisa en griego a la que despues de algunas discusiones le empezé a sacar unas miradas... tendrías que verlo.
El senior Saussure tenía algo de razón, efectivamente, con eso de las palabras y los significados. ¿Cómo pensar que “te quiero” puede querer decir lo mismo en un idioma en el que podemos decir “te amo” y en otro en el que no?
Para intercambiar cosas, el lenguaje. Para intercambiar cosas, ¿el lenguaje? Las palabras nos sirven un rato, pero despues necesitamos de todo lo demás. Porque las palabras que usamos son un poco las mismas, hasta suenan parecido y todo. Pero cada uno sigue gimiendo en su lengua.

Qué difícil se hace huir cuando uno se ha convertido en barrilete, y el otonio, con ese viento que tira pájaros al suelo.
Pero para eso están los amigos, ¿no? Es que entre tanto temporal vas a terminar contra un alambrado o una antena de tv, hecho jirones. Te vas a sentar –me voy a sentar- y comenzar a zurcir. No tan triste después de todo, porque además de alguna vaca pastando, alguien, desde un tronco cercano te está pasando un mate.

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