lunes, 2 de noviembre de 2009

Poeta en dos pasos o por que me gusta tanto romper palabras

Se me ocurrio que pensar era poner lo que sentimos en palabras y luego romper esas palabras para ver mas o menos como nos sentimos.
Como esto me parecio una tarea muy dificil inventé un juego.
Un día le dije a un amigo: “cuando la realidad se vuelve tan gris, cuando te resulte tan pesada a la vista y te haga sentir que jamás podrías cargártela al hombro para llevarla a alguna otra parte, inventate un juego.”
Me hize caso. Tengo un plan o un juego, como prefieran. Me di un plazo de dos semanas para llevarlo a cabo.

Lo primero deshacerme de mi computador. Los computadores, -justo en donde estoy ahora los llaman ordenadores- no sirven para romper palabras. Nos dejan trans-pasar palabras, colec-cionar palabras. Suele pasar que nos llevan hacia océanos de palabras, nos hacen sentarnos y como un padre nos dicen: “ves qué grande es, nunca podrias con todo eso; para que tratar? Mejor quedate sentadito. Si no haces ruido, te dejo seguir mirando un ratito mas.”

Lo segundo es buscar papel y una linda lapicera, sentarme en una silla y empezar a escribir. Voy a sentarme a escribir largas cartas a todos aquellos frente a quienes podria desnudarme tranquilo. Voy a empezar a escribir conellos y asi vamos a romper un monton de palabras.

Como tengo miedo de que con eso no alcanze, voy a salir a buscar flores, en este ciudad que, según dicen en otonio ya no tiene flores.

(Un pequenio paréntesis: Es cierto que en algún momento contemplé la posibilidad de un intercambio interestacional, flores de primavera por hojas amarillas cazadas en pleno vuelo y que por lo tanto Nunca han tocado el suelo. A pesar del slogan que me invente -hojas virgenes- la idea fue un completo fracaso. Mi caja de letras y cartas sigue vacia, con mas olor a humedad que a primavera).

Como última opcion he decidido pagar por las flores en el mercado de flores y pescados. Para conseguir el dinero de una manera honesta, se me ocurrió montar un número en la calle, ponerme a romper palabras en frente de todos a cambio de flores o de monedas para comprar flores.

Ya me quedan pocos días antes de ponerme a trabajar seriamente sobre estas palabras que necesito romper. "Los plazos no pueden retrasarse", "Es imperativo alcanzar las metas propuestas", me digo con voz de comandante de barquito de papel.

El otonio llegó y aún no hay tierra a la vista. Los pajaros se caen y las hojas vuelan amarillas y yo sigo sentado al lado de mi caja de letras y cartas, esperando la llegada de la primavera en el momento equivocado.

Lo ultimo. Un ninio que conoci en la plaza me dijo que las flores del mercado de flores y pescados son trangénicas. Despues de un rato de discutir -y que dificil es discutir con ninios- llegamos a la conclusion de que no sabiamos bien que significaba esto pero que seguro unas flores asi no servian para romper palabras o perfumar cartas. Le tengo respeto a este chico. Lo he invitado a formar parte del navio. Lo he nombrado responsable del carajo, nada menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario