viernes, 5 de febrero de 2010

patetico relato de un explora-explotador

Por la maniana lavo mi ropa en un balde lleno de tierra. Desde Kanyakumari podia mirar Buenos Aires a traves del polo pero ya no desde aqui. No queda mas que agarrar el sol con las manos y lanzarlo contra la tierra. Unos pescadores me confirieron el secreto de las latitudes y las longitudes y la inclinacion de la tierra. El agujero solo tiene 15 cm. de diametro. Suficiente para enviar mi libreta, adentro de una caja. Segun dicen, el agujero desemboca en alguna esquina tambien calurosa. Santa Fe y Ayacucho?

Patetico relato de un explora-explotador. Parte dos.

Al lado mio el hombre de Banglore –la ciudad del software- habla ingles.
-Aca viven, 24 horas. No descanso, no fin de semana, no vacaciones.
-Si, aca dormimos, en el piso, asi.- Se acuesta rapido, casi que se tira al piso de la pequenia recepcion del hotel. Pone el antebrazo como almohada. Me mira para recordarme que me esta mostrando, sonrie.
-No complaint?
- No no, no complaint, no complaint.
Giro la cabeza a mi lado, de vuelta al hombre de Banglore. –No complaint?
-Esto es pan y casa para ellos, es todo.
Las sonrisas no son fingidas. Las voces finitas, lisas, sin dudas.
-Nunca salen. Duermen aca, cocinan aca, comen aca. Todo.
Nunca salen.
-Es una familia que administra el hotel. Se trabaja cp,p em ima familia, no hay reglas. No hay reglas, ni horarios, ni vacaciones.

Hace tres o cuatro dias que vengo tirando del cordon del relativismo cultural, pero, espalda insolada, ya voy llegando al final.

-Chai?
-Chai?
-Chai chai, chai chai.
Twenty rupies para cuatro.
-No yo no quiero gracias.-
-Yo pago esta bien. – Saca dos billetes de la camisa celeste, se los da a un muchacho, lo manda a comprar en Tamil.
-No no no no no. – lo detiene. Le saca amablemente los dos billetes de diez, le da uno de veinte, le devuelve los dos billetes al gordito de la camisa. – Yo invito, insisto.
El gordito agarra, se guarda diez, le da todavia diez al pibe.
- Bisquits.
Giro la cabeza una vez mas, el senior de Banglore explica que cada uno o dos meses viajan a su pueblo a visitor mujeres e hijos. Se va.
- Veni. – Se sienta en el piso, le deja la silla.
- No gracias, el piso esta bien. – Se sienta en el piso, al lado de ellos.
- Veni aca.- Golpea la pared, senialando de movimientos rapidos siempre.
En realidad no es una pared, sino un alto armario de muchos cajones. Abre uno, saca algo, lo vuelve a guardar. Al parecer guarda sus cosas personales alli. Guardan ellos sus cosas major dicho, son dos amigos del mismo pueblo que viven ahi.
Me ofrece su parte de pared, para apoyar la espalda.
-No gracias. –Lo rechazo buscando una excusa. – Mi espalda esta caliente, por el sol.

Todo el tiempo esta esperando que le ensenien algun juego, los tres sentados en ronda. Que le muestren como pasan el tiempo, todo el anio, lejos del sol.
Legan, el te y las galletitas.
La jarra esta caliente, abre par aver adentro. Empieza a server, le pasa el vaso al gordito de la derecha, camisa celeste.
- No, no, you first.
- No. – Le da el vaso y sigue sirviendo en silencio.
La sonrisa enorme. El agradecimiento infinito de para quien, siempre casta abajo, derecho y dignidad son palabras de raiz extrania.
- Les gusta la musica?
Si si, si si.
Saco el telefono y hago sonar algo. Musica latina.
- Les gusta?- Sonrisas. Ya tienen el telefono, empiezan a sacar fotos. Varias. Todas salen movidas. Pasan de una cancion a la siguiente.
El chai y las galletitas estan riquisimas. Preferible quedarse ahi que salir a comer con australianos y belgas.

Quiero muchas fotos. Lo abrazo. Aca hacemos todo de cerca, de mas cerca que en cualquier otra parte seguro. Le apoyo una mano en la pierna, sonrisa enorme, negro sobre blanco. Le pido a mi amigo que me saque una foto con el. Varias. El tambien. Se saca otras a si mismo.
-How much?-, le pregunto.

-Free, in France- respondo. De alguna manera es cierto.

Le doy las ultimas galletitas, le lleno el vaso de Nuevo, le sonrio.

Ya hace un par de ciudades, se venia dando cuenta que las mismas personas atendian, dia y noche. Despertearse a las tres de la maniana y encontrar los pasillos de esos hoteles baratos con camas improvisadas por todas partes. Por las calles, los taxis estacionados, conductor durmiendo adentro. Los rickshaw a sangre; en las bicicletas no se puede dormer, manta sobre la vereda se estaciona al lado del pequenio artefacto.
-Donde aprendiste a hablar ingles?, en el colegio?- Se da cuenta al instante de la torpeza de la pregunta, ingles en el colegio, hace veinte anios en un pueblo rural indio sin colectivos?
-No, aca, hablando con los viajeros.
Hablan muy bien cuando entran en confianza.
-Hablas muy bien-, le dice.- Me tengo que ir a baniar.- Se levanta.

-See you soon-, me dice. Soon? Donde aprendio esa palabra? Entre viajeros europeos que solo estan de paso, y que jamas regresan dos veces a un pueblo como ese?
Politeness, la buena educacion. Inercia de algunas legunas qeu gustan de pintar el mundo de ‘lindo’. No es tan dificil, pocas horas ahi adentro, incluso entre tanta humedad que aun con el ventilador girando sabe a esclavitud. Con un poco de pintura alcanza, por la recepcion solo se pasa. ‘See you soon’, poniendo musica al idioma, esa musica que solo saben dar al ingles aquellos que lo hablan en su casa.

Se va al cuarto. Se mira la espalda Toda roja y reflejada en un espejo, adentro de un televisor del futuro imaginado en las peliculas de los anios sesentas.
Quiero ponerme a escribir todo, pero tengo que baniarme, ponerme crema en la espalda.
Salgo afuera, a buscar el banio.

Mientras escribo esta parte el belga entra al cuarto, quiere fumarse un faso, pero no encuentra su hash, al parecer estaba en un papel de diario.

El agua esta fria. Lo que no quiero saber es cuanto ganan, como les pagan. En el bolsillo de la camisa habia algunos billetes al menos. Me pongo a escribir.

Toco la puerta, me abre y entro. Traigo un colchon extra, quiero limpiar pero no me deja, dice que no hace falta. Un cienpies en el piso, le digo que me deje limpiar, el colchon no sube mas de dos centimetros del piso.

El belga sigue buscando el papel de diario, revuelve todo. Me pregunta, pero digo que no, que nadie estuvo aca, que el colchon lo acomode yo.Ya se quejo suficiente por el dia de hoy. Por suerte la llave la tuvimos todo el dia nosotros, no puede acusar a nadie. Le cuento que a mi me robaron los anteojos por la maniana, para que se sienta acompaniado.

Lo del colchon era solo una excusa. Querian que les muestre las fotos, sacarse algunas mas. Me saco otra con la camisa celeste, muentras el otro va a buscar un major colchon. Nos sentamos en la cama, se sienta atras mio, me abraza. Otra foto. El carinio. Agradecimiento repentino de un ho,bre acostumbrado a la soledad? o una forma de pensar el espacio que nos resulta extrania?

El belga ya me esta empezando a dar pena. Tiene cara tristona sin su hash. Hago un esfuerzo para contener la risa.

En el lenguaje de la explotacion, las personas y los pronombres no necesitan diferenciarse. No son mas que un arreglo estilistico, en un idioma en el que el ‘yo’y el ‘tu’ estan gravados en la roca antes que empieze la partida.
En el lenguaje de la explotacion esta claro quien es el ‘yo’, y quien dice ‘tu’ para llamarse a si mismo, quien escribe la historia o el relato.

El cuento ya se termina, pero el belga todavia tiene tiempo de salir del cuarto, pegar dos gritos en la recepcion, amenazar con la policia, golpear algo en la mesa y tirarlo al piso.
Los hombres se asustan un poco, piden disculpas. Lo tranquilizo le digo que busque en la basura, seguro lo tiraron por confusion, era un pedazo de diario al fin y al cabo. Lo encuentra, se tranquiliza con su droga en la mano, pide disculpas. Me pide disculpas a mi tambien por los gritos, me dice que en realidad no esta arrepentido, que es la unica forma de conseguir sus cosas. Con estos animals, solo le falta decir.
Salgo a la calle, pregunto donde comer, alguien me lleva en su moto. Por alguna razon lo que de dia se paga de noche es gratis, en un pais en el que nadie se acuesta pero sin fiesta.

Estoy sentado en una mesa con mantel a cuadros violetas y azules, con musica India no tan lejos de la Guerra de las galaxias. Lenguaje de la explotacion? Estabas muy seguro hace un rato, una gota mas de docilidad y se convertirian en mariposas. Perot anta sonrisa te hace dudar, te hace doler la cabeza.
No complaint, no complaint.

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