jueves, 18 de febrero de 2010

Un momento en el movimiento

Hasta aqui no habiamos hablado.
Un momento en el movimiento.
Ese hombre que vemos sentarse en una de las rocas y ponerse a llorar.
La humanidad se consuma, todos los filosofos de la historia quedan boquiabiertos y hacen silencio resignados.
Al ver la primera lagrima dios deja caer uno de sus atributos. Con los noventa y ocho restantes no puede ser ya, y se evapora.
Datattraia, abandonando en una calle repleta es el unico que aun conserva palabra: 'Sin el Poder Supremo el cielo no puede sostenerse mas sobre la tierra y cae.'
No mas. El tiempo que todo lo invade.
El impacto es en nosotros una leve brisa tibia que nos moja como rocio.
El hombre que llora sigue viendo la angustia en cada una de lasn rocas y en la suya. Sin embargo, un sentimiento de felicidad se apodera de el. Ya no tiene duda, esta vivo.
Nada tan fisico, tan fisico-quimico como una glandula.
Un pedazito de lugar donde todo los demas confluye, todos los imaginarios sobre el mundo. Toda contradiccion se diluye por un momento, cualquiera sea el llanto el hombre esta contento en su confirmacion.
El Hombre esta llorando. El predicado confirma al sujeto sin vueltas. Sin retorica, sin dialectica.
El amor.
La culpa de haber abandonado a un hombre en necesidad.
Una perra vagabunda que acaba de dar a luz, ?podra amamantar sus cachorros?
La impotencia.
Una mujer sensible por su periodo.
La vejez que todo lo ablanda; en cada cumpleanios al que se la invita.

Demasiado contemplativo es el estado de este hombre como para ponerse a buscar sus tijeras al fondo del bolsillo. A pesar de todo, Llanto cae sin piedad sobre su cabeza y, para sorpresa de los presentes.
Se parte en mil pedazos como mi abuela ganando una partida de solitario en el windows tres punto uno.

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