martes, 21 de junio de 2011

Resurrección del ángel


La vida disuelve su sabor en el vaso. Mirame, te estoy hablando. Amame cómo nunca pude amar. Tantos domingos en la semana y funerales en verano, se marchitó la parra del jardín y el vestido celeste de la abuela se destiñó. Pero igual hacelo, ya está, ahora tranqui que ya pasó, diría todo pero valen soles las lunas que faltan mirar y los niños con tanto caballos y flores azules.

No tengo problema en hablar y aunque sabes que no sé rezar voy a intentarlo, con mi historia, mostrando mi sombra. Imagenes de ahorcados, despellejamiento, torturados, la cruz, la picana, la sorba, la rastra, el empalado, felación y violaciones con botellas de 7up de kioscacho de Garage muerto bajo la sonrisa de un Wal-Mart con los precios bajos todos los días.

¿Sabías que nunca vi al mar? Cangrejos y ostras en un barco pesquero, con vos, no tan Titanic y esas boludeces, nuestro romanticismo, bailar en bolas y te regalo lo más preciado del mundo, una mandarina criolla.

Los miserables y los buenos hombres, ¿Seguir a la regla o ser un bandido? Pareciese que Víctor Hugo busco una realidad paralela mostrando cuán miserable es la organización, y dio un final feliz. Tantas veces fui engañado por Walt-Disney y los Mupets con mocos en la nariz que ya no quiero ni pensar si existe el paraíso. Sin futuro, sin mar, me retiro al retrete.

Me cuesta retractarme pero le voy a tener que dar la derecha a Socrates y a los estoicos. Alguien malo no puede ser feliz en ninguna novela que mi mente pudiera escribir en este momento. Pero no me queda la resignación. Sé y tienen razón, ahora lo veo. Si una mente, sin la ceguera de las pasiones (en esta cultura significa prejuicios, dogmas,etc. En otras significa vida), viera lo sucedido, tendría un juicio Justo, como tal vez no exista en la tierra. Por lo tanto a mirar la bala y recibir el fusilamiento que al final todos vamos para el mismo hoyo.

No acepto sin embargo su resignación. Le doy la mano pero no el codo. Acepto todo eso. Pero sigo siendo fiel del Eterno retorno y más con esa premisa. Lo hago por disfrutar más de cada momento, porque soy humano demasiado humano y mi fundamento ontológico ¿Puede un animal tenerlo? Es esa postura moral. No hay manera de moverme si sucede lo contrario. Acepto que soy un mal hombre y también la felicidad. No es demasiado tarde para empezar, estos fueron mis 20 años bajo la higuera, guerras, elefantes de mil cabezas no pudieron parar la revelación final. El ángel que se había muerto con el principito, volvió. Se acuerda del otro, del que era él. Pero ya no es más boludo, ahora sabe lunfardo, le gusta la milonga y el rap. No desea la muerte a nadie ni a su propia bondad, al fin al cabo el mundo necesita jesuscristos y jacobinos y con el ejemplo solo se puede encontrar la felicidad.

No pido ser una constitución. Sino un cuaderno de 4to grado que un pibito usa de 11 de la noche a 11.10. Con ese ejemplo y postura moral, todo cambia. Los arboles ya no se mueven con el viento, sólo saludan tú pasar ángel que volviste de la alcantarilla, allá por av. San Juan y Brasil.


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