viernes, 3 de junio de 2011

Sabores de invierno

Anteojos del sol en pleno invierno, voz ronca, flaco, estatura mediana. Un ángel manejando un taxi, un ángel gris, mismísima encarnación de Discepolo y toda la humildad de aquel capaz de reconocer su propia ignorancia y la belleza ajena. Es que la música es universal, dijo, y después explayo acerca del Medio Pelo, la rutina y boludo contento pero sin tanto recelo más que nada con acento en la soledad, esa de la que duele ¿Alguna no? No hablamos de Boedo ¿Por qué esa maldita fascinación de tanto Almagro y Gardel? Como si no tu-viera padre y tu-viera que citar una y otra vez a filósofos y libros cada vez que digo una palabra, pero es toda la fiaca acumulada y el faso desesperanzado, perder la capacidad de soñar o por lo menos compartirlo y para mi es todo un poco lo mismo.

No hablemos de Blues ni de Milonga por favor, me siento que no puedo hablar sin citas bibliográficas. No esperen otra cosa, no sé que haces leyendo esto, lo que lees es mate y mandarina criolla, pleno Junio, aprovechar la cosecha que no vuelven más, si si, ya se, se viene Julio, y otra vez toda la cosa de morir y volver a nacer, dejar las flores, las hojas y quedar en bolas contra el viento, resistir hasta el calor. Lindo vivir siempre en primavera pero la marca de la vida es también un apéndice de la conciencia. Ya sé que la conciencia es una gota de licor en un mar de mierda, se que la universidad es la tumba del saber y la cuna del poder, si ya sé, no entraban las frases, pero las quería decir y no tenía otro lugar donde meterlas, tengo los cajones llenos de boludoces y muchas ganas de hablar del hombre gen, masa uniforme. Porque sí, porqye soy esto, un mate y una mandarina, en el bulín, plena madrugada a las 12 de la noche, tanta mierda en el día que me siento feliz de morir otra vez.

Gracias.

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