sábado, 17 de marzo de 2012

Emes de caras y de ripio Revisitadas


Para Facu





Juan Patrico, un desertor de una guerra argentina entrevistado por un periodista de La Batida, una revista que lo ha designado como El Emprendedor del Año.
Juan Patricio está vestido con una calza y un sobretodo militar, y mientras responde a las preguntas del periodista que ha venido a su casa, practica ejercicios corporales que incluyen una amplia gama que va desde las flexiones de brazos hasta ejercicios de estiramiento, casi de yoga.
Pero el periodista no está.

[…]

(recita)
Cuánto más se siente la pampa que el ripio.
Cuánto que la arenilla en la que solo se puede
escribir tú nombre con ametralladora,
Manuela;
En Las Conchillas,
 en la República de Río Negro.

(Se pone serio)
Que le voy a decir, me costaba muchísimo explicarme romántico ante mis compañeros que solo veían en torno suyo desilusión, y en mí, extravagancia.

[…]
Lo único que me mantuvo vivo aquel tiempo, fue ese nombre: Julieta.
Sí, y las  canciones  gitanas que me gustaban por sus ritmos, y que por eso aprendía en lenguas.
(canta)
Dami dame undi
enlarena del tiempo
damidami undo
enlarena del sol
dami demi undo

enlarena del tiempo
damidami undo

en tu calor


[…]

No sabe cómo le agradezco que haya venido, y en representación de La Batida, que honor. No le ofrecí nada para tomar…  A veces parecería que ya nadie nos escucha… Y tenemos tantas cosas para contar, imagínese.
Cuánta desazón me produce,  que ya nadie me tome en serio cuando me refiero a paradas de colectivo y hoteles transitorios como metáforas sobre el crecimiento espiritual.

[…]

Sí usted supiera toda la crema de afeitar que tuvo que pasar por mi cara antes que descubriera el Efecto Mascarilla; para que entendiera el mensaje de aquellas pompas montadas en aspiradoras que solían visitarme en mis delirios de enfermo, y que le tengo que confesar, fueron las que me revelaron la fórmula que hasta hoy utilizo.

[…]

Así es. Fue en los días que empecé a montar mi instrumento para la huída, aquel disfraz de Pororoca. Visto retrospectivamente, como quien dice, podríamos incluso señalar aquel, como el puntapié inicial de la próspera profesión a la que me dedico en tiempos de paz.

[…]

Es Exacto. De-li-ve-ry de camuflajes.

[…]

Bueno, utilizamos  mascarillas de ripio moldeadas con una calibre veintidós. El proceso ayuda a abrir los poros, así que el beneficio es doble.
(Nostálgico). Pensar que todo comenzó en mis intentos por disfrazarme en los baños de aquella base militar del respetable ejército argentino. Se imaginará que no contaba con mucha materia prima. Todos creían que lo que buscaba era cortarme las venas con una gillete. Ya ve como los engañaba.

[…]

No, no, no, nunca estuvo entre mis planes. La muerte, siempre a distancia, esa es mi filosofía.
Luego cada uno la aplica como puede, en eso podemos estar de acuerdo.
Lo que me impulsó, desde que tengo memoria, fue una caricia en el semblante que sentía siempre al despertar, y que volvía a dibujar en mi memoria las facciones que empezaba a olvidar. Martaa…
Tampoco puedo negar la influencia que tuvieron en mí los dibujantes de la Warner.
¡Oh, Nuestra queridísima Warner!, siempre te supimos argentina. Y si seguimos reclamando las Malvinas es porque sabemos que todos tus personajes han corrido y re-corrido en patas aquellos áridos territorios.

[…]
(Empiezan a bajar las luces)

Mm…siempre confundí la geografía del continente argentino. Pero ahora que lo pregunta, creo que el himno Chubutense hubiera sido silbado por orcas y delfines.

[…]

¿El porteño?... un tango supongo, no sé.






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