sábado, 12 de junio de 2010

Sodoma

No había tenido demasiada suerte. En la escuela conoció el error y el fracaso, antes la culpa y la soledad. Cada día las opiniones lo atravesaban como balasos y la culpa de los demás lo llevaron a vestirse como un par.

Él se había equivocado con su ex, que tras huir con otro le dejaba dos mellizas, que ahora lloran frente al desempleo de su padre.

"Estoy aniquilado por la pobreza, ni juntando los centavos del cajón puedo tener una moneda" Se agarraba la cabeza y rocas se amontonaban desde su garganta al pecho "voy a ver como hago, lo sé, tengo que ver, tengo que ver"

Cuando era de tarde, se dio cuenta y estaba corriendo con una bolsa en la mano que no le pertenecía. De patada, al suelo, y dientes rotos contra el metal. Yo escuchaba sus gritos de dolor, y las lechuzas de monoculos se empezaron a amontonar riendose, disfrutando, jocosamente siendo palcer del dolor ajeno, de atrapar al ladron que ahora lloraba. El espectaculo se hizo popular enseguida, y todos se rian mientras la sangre brotaba por un ladrón que había querido huir con una bolsa ajena, que solo tenía una camisa, solo tenía una camisa.

Un momento diafono y los colores claros se vuelven brillantes atravesando el aire, creo que un verdadero ladrón apuñala o tiene complices, pero todos estabamos en eucaristía, todos estabamos santificando el dolor, los laureles y los limones.

De Babilonia nació el control, y de allí la ciencia. De la tabla de Amurabi los ciegos fueron los más dichos, si p entonces q, asesinando niños, vistiendolos con trajes, castrandolos y con la desdicha como alimento ajeno, nació la turba y los sacerdotes oscurantistas que los manejan con el triangulo de un solo ojo.

Lo había tapado con una manta color purpura y lo había dejado a la vista de todos. Cuando los cobanis llegaron, pidieron a la turba que quebraran las piernas del ladrón, así lo podían seguir exponiendo.

El sabado era un día muy solemne como para exhibir a un cuerpo tan descolorido.

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