lunes, 5 de julio de 2010

la basura sin sacar, a vomitando

En el cuartito del fondo de la casa de Doña Ester, se encuentra Marcelo, sin la pinta de ganandor que lo hice el más querido y el campeón de chico. Se encuentra escribiendo, escribiendo se encuentra. De a poco le empieza a pasar sus escritos a su sus vecinos, y Pedro que es peluquero con aspiraciones transendentales le informa que la concepción entre cuerpo alma en sus textos hace referencia a William Blake y al infierno de dante, pasando por un construcción hegeliana de la identidad, donde la esencia se afirma resistiendo a la negación costante de la civilización actual.

Lo mira y dice Pucha!. No sabía, Pedro dice que va a mover sus hilos para que el pueda publicar algo, conoce a Caro la joven panadera que puede conocer gente en capital y al negro que dirige el equipito infantil del CLub Sportivo y por ahí se puede hacer algo.

Ya solo, nuevamente, escuchando algun tango.

Marcelo esribe sobre escribir:

A ver si escribiendo revertimos el proceso acumulativo y creciente de la soledad extrema sublimada en el tiempo detenido un segundo antes de morir.
A ver si escribiendo levantamos minitas, y eso que no te va mal y ayer fue una noche donde pusiste lo que le falto a la selección en la cancha contra alemania, Jugadas, toque, pared y gol

Pero me pesa la señal de Pink Floyd, ¿Cómo fue que empezace a sentir? ¿Cómo fue que poco a poco huí de reuniones para guarecerme en mi rincón favorito?
Si el titiritero se trasnvistió, ¿Cómo no lo voy a hacer yo, en mi forma de rebelarme, en mi forma de revolución?

Cuando las crines remojadas en silencio,
salgan de la bocacalle y del agujero de la alpargata
y cuando las crines del color dejen de apagarse
en un piedrazo aislado
o en una bomba de gas,
los niños de la plaza dejaran de regalar alabanzas
y empezaran a amar

Ahí estaremos nosotros con una guitarra y una gomera
mezcla grasa y magra de héroe de revolución
caído en los vicios del fracaso
y en las rutinas de la desilusión

Cuantas vírgenes violadas detrás de un mostrador!
Cuantas vidas encerradas en cajas de CartóN!


Algunas manos sucias manguean monedas a Dios,
se ve todo desde arriba, desde el matambre a la pizza,
papas fritas, vino compra con un billete con cara de San Martín.
Vista desde el que pago la cuenta y esta solo porque el resto labura,
para pagar la vida hipotecada por un televisor plasma de 32 pulgadas.


Hay barrio, como te quiero igual. A tus hojarazcas oxidadas, a tus chaterreros, a tus parrilas-desarmaderos, a los cartoneros, a los perros flacos amestrados para buscar comida

A los que somos che guevaras que bajan sus brazos frente al televisor, como cualquier boludo, somos los heroes caídos, dioses de cartón, con alas mojadas, rendidos, bebiendo y fumando las desiluciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario