jueves, 25 de marzo de 2010

Videt (Para Santi y para Nacho Wisky)

Caminando se le caen los pantalones, siempre pierde los bondis y siempre se olvida el cinto en algún lugar. Los perros ya no le ladran como antes pero lo siguen despertando las gambetas del logro y los logros de la mediocridad.

Una flor decora su escritorio, varios libros abandonados, varias personalidades sustituidas por otras, solo se sigue algo presente, una llaga que es todo el cuerpo, palabras que no entiende y una galera sin conejos:

Si me siguen haciendo agujeros voy a desaparecer. El cuore no es fácil, el dolor no tiene nombre de mina, la bronca es impersonal, como Buenos Aires.

Atiendo el portero eléctrico y otra vez Desilusión “¿Te abren?”, “No baja que acá no hay nadie” y cuando uno descuida sus defensas y sale en chancletas de viejo, ahí el sopapo, el famoso sopla nucas traicionero. Yo pensaba hacerme manosanta o tatuarme un gauchito gil en el brazo derecho, pero no.

Te lo juro, no soy una horma de queso Pategras carcomida en el medio, ni tampoco camino con una mujer clavada en el pecho. Realmente estoy afectado por los héroes. Mira que yo ya escribí sobre esto pero mi amigo, el gran amigo y teólogo personal, Santi Battezati gran ideólogo de este derecho que ya voy a declarar…

Lo que me molesta es haber pensado que con una capa roja podía ir volando y pasar a buscar a la chica más linda por el mástil del colegio, por los sócalos naranja que preceden al palo y a la bandera. “Subite a cocollito y vayamos a ver como se deslizan las estrellas” No, esas fueron las boludeces que me trajeron hasta acá, esa es la pelotudes que nos quiso vender el plan Marshall y las Post-Guerra; Las publicidades decía, “Jesús se sacrifico por vos, ahora te toca hacer algo por la patria” Ahí aparecían todas las mierdas, desde el trolo de Batman hasta el culiao del Che Guevara. Les jugaría un veinticinco y les pegaría legítimamente una patada en el ojete.

Esta es la sociedad de la falta, de ahí el consumo y la estupidez mental. El héroe es la perfección, que siempre gana de alguna manera y a pesar de la Kriptonita, nunca se deprimen, nunca ciento siete a cero en un partido de rugby, y no se puede vivir así, siempre teniendo que ser más de lo que uno es.

Así salgo a la calle y los ojos de la gente me duelen y estos tipos con capa me miran desde arriba, yo que soy una llaga con sal y nada más, yo que siempre fui malo para todo y hasta las puertas de la cárcel se me cerraron, ni te cuento de cuando me tomé unos mates con el diablo.

Por todo esto declaro el Derecho Universal al Patetismo; la posibilidad de ser lo que uno es; como Chiquito Coca, el jujeño de setenta años hablándome primero de Sócrates para luego ser tironeado por perros vagabundos. No se me da la ganas de fingir ser otra persona, somos todos una mierdita en el universo y más en la historia, me gusta perderme en mi miseria y me gusta quedarme tomando un vinito en la carpintería de mi tío, el Gordito Moreno.

Una puteada que los dejé en pantalones cortos a toda persona que intente la perfección, y que además se calce los anteojos de esta calzones chinos a toda persona destacada que se me cruce al que sea idolatrado por algún falso logro Mostraré que esos viejos del premio Nobel usan pañales al Hare-krishna no se le para Bill Gates va al psiquiatra y Borges le tenía miedo a las cucarachas. Te lo digo de frente

“Te regalo mi paraguas amarillo así el agua carmín no acaricia tu belleza multicolor. Estás más buena que faltar al colegio, a vos te doy mi vida y te rompo el orto”

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