viernes, 27 de agosto de 2010

Cristo criollo


Cruzo las vías y llego al margen.

Pala horizonte alambrado aspero viento

Un mar de campos rojos desemboca en el horizonte naranja,

los miles de parpados se cierran y se hunden en la tierra.

Solo las manos muertas y el sembradío.

Trigo que decoras de espinas a cabezas campesinas

deja que mi punteo apuñale al aire y mi canto cante al ritmo del labor

“Zitarrosa canta lo que Nietzsche soñó”

La luna sale, el rojo ya se apagó.

En el descanso del peón,

el día aparece antes que el sol.

La rueda de púas nos corre

y un aguijón, un diablo y un profeta

decoran la panza de dolor

“callado y quieto, penando por dentro;

el silencio me deja escuchar un bombo quejoso en el pecho.

La impuesta ley dice: Mirar para afuera,

nunca para adentro”

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